El hecho ocurrió en la noche del martes, en las instalaciones de Biguá Rugby Club, aunque fue advertido en la mañana de este miércoles.
Autores desconocidos, trabajando con absoluta tranquilidad, se tomaron un buen tiempo para sustraer luminarias LED, cables de electricidad y material deportivo, entre otros elementos, del club Biguá, en la sede del barrio Las Dalias.
Consultado por LA CAPITAL, su presidente, Sebastián Garro, reveló que fue el tercer hecho de inseguridad desde que comenzó el aislamiento social, preventivo y obligatorio establecido por el Gobierno a causa de la pandemia de Covid-19.
“Estamos muy tristes. Nosotros asumimos en diciembre de 2019 y con mucho esfuerzo apostamos durante el verano a una obra de remodelación en la que colocamos nuevas luminarias, hicimos un tendido de cables subterráneo y una cancha de hockey. Esto es un golpe terrible pero no vamos a bajar los brazos y vamos a seguir adelante porque toda la gente del club se lo merece”, explicó.
El dirigente detalló que los delincuentes tuvieron tiempo suficiente para trabajar con comodidad y, se estima, con una logística específica, ya que “las luminarias LED estaban ubicadas en el extremo de unas torres tubulares de 12 metros de altura”, graficó.
También demostraron cierto conocimiento en electricidad, ya que utilizaron unas estacas existentes en el mismo predio para desenterrar más de 200 metros de cable para lo cual debieron interrumpir la energía eléctrica. Además, forzaron el candado del pañol y también sustrajeron una desmalezadora, reflectores y diferentes materiales deportivos.
Si bien el club cuenta con un casero que habita en la propiedad, éste recién advirtió lo sucedido al iniciar sus tareas por la mañana. Dado que hace un par de semanas había muerto el perro que vivía en el club, se sospecha que los autores del hecho pueden ser del barrio porque conocían los movimientos.Asimismo, Garro confirmó que se trata del tercer robo desde que comenzó la cuarentena. “Primero nos robaron las farolas de la entrada. Unos días después, un importante rollo de cable que no estaba conectado a la red. Pero lo de anoche -por el martes- fue tremendo. Como mínimo eran dos o tres personas, con vehículo y alguna escalera especial para poder trepar”.
Directivos del club y también vecinos de la zona del Parque Camet y el barrio Las Dalias afirmaron a este medio que a partir de las 18 a 19 la oscuridad es total. Es una zona muy abierta, de fácil acceso a todos los clubes y también de fácil escape. Se reclama por mayor presencia policial y rondines. De hecho, el Centro Hípico General Pueyrredon también sufrió dos robos de diferentes elementos en la última semana.
“A esta altura tenemos que agradecer que solamente sufrimos daños materiales. La verdad es que al anochecer la zona está muy oscura y puede pasar cualquier cosa” -afirmó Garro-, quien agregó que junto a la comisión directiva se tomó la decisión de contratar a un sereno y llevar al club a un perro de la raza Dogo.
Biguá cuenta hoy con unos 500 socios y de acuerdo a la visión del propio directivo, “no son solamente ellos, sino sus familiares los que vienen al club, así que hablamos de 500 familias. Tenemos una linda vida social, venimos creciendo y nuestra política es no meter presión con las cuotas, porque sabemos que la situación está muy difícil y queremos priorizar que la gente continúe en el club. Todavía no tenemos certeza sobre cuándo podremos restablecer la actividad, pero mientras tanto nuestro compromiso es poder cumplir con los sueldos de los profesores y la gente que trabaja en el club. Los subsidios que se están otorgando a las entidades deportivas nos van a ayudar”, aseguró.
Por último, Garro indicó que si bien son conscientes de que la probabilidad de recuperar al menos parte de lo sustraído es muy baja, visibilizar el hecho podrá redundar en un mayor control para brindar mayor seguridad. Y también alertó a otras clubes de la ciudad. “Tratamos de impedir que ese material deportivo que nos robaron no puedan venderlo en otros clubes. Que la gente de esos clubes sepa que si le ofrecen pelotas de rugby, esas eran nuestras pelotas y todos los que juegan en el club”, concluyó.